12 años. Mucho vivido y mucho más por vivir… María y Raul se conocieron en el primer año de universidad hace ya 12 años. En aquel momento María no quería ataduras pero el destino decidió que emprendieran una vida juntos. «Durante tres años estuvimos viviendo un amor a distancia y desde hace cinco hemos creado un hogar», cuenta la novia.




Su boda fue una auténtica celebración del amor con mayúsculas. La ceremonia civil tuvo lugar en Tierra de Cubas, una bodega entre viñedos con plena hoja de otoño y vistas a Cariñena. Una celebración muy familiar oficiada por Verónica y Marina, amiga y tía de la novia. «Realizamos la preboda el día antes de la boda. Fuimos a ver el resultado de la decoración de la finca y aprovechamos con los fotógrafos para que conocieran la finca. Recomiendo encarecidamente hacer esto, pudimos disfrutar mucho de un momento íntimo y ser conscientes de todo lo que íbamos a disfrutar al día siguiente».






¿Cómo se gestó el vestido de novia de María?
Cuando María llegó al atelier en 2019 me contó que estaba diseñando una boda con varios momentos. Al escucharla, me pareció muy interesante proponerle diferentes looks y trabajar el vestido por capas, un concepto que desarrollamos en Laura Escribano desde nuestros orígenes. María me pidió que fuera un vestido cómodo. Este dato, su físico y su forma de ser me ayudaron a enfocar el diseño. María es una auténtica belleza, pelirroja de tez blanquecina y con unos ojos castaños preciosos. Rápidamente me vinieron a la cabeza esas mujeres del Medievo tardío y del Renacimiento.
Se me ocurrió trabajar con la idea de una saya, un tipo de indumentaria típica de la época del Medievo. Me senté con María y le expliqué en qué consistía: un sobrevestido holgado y fruncido, decorado como las sayas de las antiguas nobles. A partir de ese concepto escogimos un color homogéneo en todo el sobrevestido que fuera del champagne más suave al anaranjado. Me llegó al atelier un encaje danés modernista y decidimos incluirlo en este diseño tan especial.




El vestido de novia por capas de María
1. La primera capa era el vestido base confeccionado en crepé satén color champagne con escote cerrado. El diseño llevaba incrustadas unas mangas tipo saya, abullonadas en la parte de la muñeca sin puño, y decoradas con ese tul bordado. Las mangas estaban realizadas en muselina de seda color humo.
2. La segunda capa era un sobrechaleco vestido, una especie de saya sin mangas, confeccionado en muselina de seda color humo, igual que las mangas del vestido base. En esta pieza iba incrustado a mano todo un panel de bordado antiguo impresionante. Tenía un suave fruncido natural y era una belleza en estado puro.
3. Por último, creamos una capa que venía desde los hombros hacia atrás con un canesú en forma de V. Este canesú se engalanaba con todo el bordado antiguo utilizado en la primera y segunda capa, enmarcando la espalda y continuando todo el largo con la misma muselina de seda color humo que venía fruncida en el perfil del canesú.
Créditos:
Fotografía: Ferrer & Mayor
Vestido: Laura Escribano
Maquillaje: Makeup by Munia
Peluquería: Nocoan
Pendientes: M de Paulet
Joyas: Un anillo vintage con zafiro regalado por mi padres por mi 30 cumpleaños.
Zapatos: Uterqüe
Ramo: Boogaloo