Ana acudió a nuestro atelier con un encargo muy especial. Ella buscaba un vestido de novia que estuviera confeccionado en algodón. Tras mucho buscar por diferentes firmas y proveedores, Ana se puso en contacto con Laura Escribano para contarle cómo se imaginaba el traje de sus sueños. La primera vez que vino a Madrid, nuestra novia conoció a una anticuaria en una feria de antigüedades que vendía auténticos tesoros textiles.
Para asesorarle de manera personalizada, nuestra directora creativa la acompañó en su segunda visita. Esta vez al refugio secreto de la anticuaria. Allí descubrimos todo el tejido antiguo que tenía guardado. Encajes, telas y bordados repletos de historias esperando a adquirir una segunda vida. Una segunda oportunidad.
De entre todos los tesoros que tenía la anticuaria, rescatamos un juego de sábanas de algodón que provenía de un ajuar. Para el vestido de novia de Ana utilizamos el encaje y el bordado de algodón que llevaban estas sábanas. Formaron parte, después, del vestido de novia que le confeccionamos a medida en el atelier.
Para realizar el traje de novia de Ana encargamos batista suiza, el mejor género natural que existe en el mercado. Nuestro eje central de inspiración fueron los vestidos de té de la época Eduardiana. Ligeros, livianos pero repletos de detalles inesperados.
El vestido de Ana lo confeccionamos en una base de crepé en la que se apoyaría una capa de batista suiza. Los puños eran de encaje de bolillos y pequeñas lorzas hechas a mano por nuestras manos expertas del taller, mientras que las mangas y el cuerpo los embellecimos con bordados de algodón de las sábanas antiguas.




Todo el perímetro del vestido y la cola llevaban una blonda de encaje de bolillos, también rescatado de las sábanas antiguas que habíamos adquirido en la anticuaria. La espalda abierta del vestido fue un diseño muy personal que realizamos sobre ella, junto con el velo, confeccionado al 100% en nuestro atelier de novias.
Fotografías:
Boda:
Detalles y vestido: Artesanos al detalle