Un caluroso 20 de agosto en Madrid, sus miradas se cruzaron. Cristina y Elías no llegaron a dirigirse la palabra pero sintieron algún tipo de conexión especial. Al día siguiente, mientras ella trabajaba, le saltó un match en Tinder con un mensaje que ponía: «¿No serás tú la chica de ayer de la carnicería?» Tras cruzarse mensajes durante toda la mañana, quedaron para tomar un café esa misma tarde del 21 de agosto de 2019. Y desde entonces hasta hoy…


El vestido de novia de Cristina, pura esencia valenciana
Cristina buscaba ser ella misma, que el diseño reflejara su naturalidad, alegría y amor. Quería, además, ser diferente, lucir un vestido hasta el momento nunca visto, con algún toque sensual, muy elegante pero contenido.
Cristina es valenciana y, por ello, me inspiré en las pañoletas y corpiños de las falleras. También La Albufera fue una gran fuente de inspiración para mí, me atraía la idea de esa sensación de biodiversidad o serenidad que me planteaba pensar en ese espacio natural.
Quise plasmar la biodiversidad en la mezcla de tejidos y texturas. Para ello, utilizamos una base de crepé que combinamos con una gasa con una textura que imitaba a la corteza de los árboles y una bambula de seda que su sutil textura recordaba a las aguas de La Albufera.
Todo el vestido iba realizando por detrás la forma de la pañoleta en pico de la indumentaria valenciana, en diferentes capas rematadas por una blonda de encaje de algodón de 1920. La blonda la sacamos de una antigua cortina Art Déco, que también reutilizamos para confeccionar el velo con un diseño propio.
El vestido de novia de Cristina se cincelaba en un escote tipo Bardot ajustado, seguido de una manga doble ablusonada. Todo el cuerpo iba drapeado a mano en el cuerpo de la novia. Y todo iba modelado a mano, pliegue a pliegue.






¿Cómo fue la experiencia de Cristina en nuestro atelier?
Realizarse un vestido de novia en nuestro atelier es mucho más que confeccionar una prenda a medida. En Laura Escribano damos muchísimo valor a la experiencia que se vive en nuestro atelier. Y para ello, rodearte de los tuyos es clave. Cristina lo tuvo claro desde el principio y, por eso, trajo a su abuela desde Valencia a una de las pruebas. Junto a su madre, también presente, vivimos un momento súper especial que recordaremos para siempre.
La experiencia única y exclusiva que las novias viven en nuestro atelier comienza con la primera llamada. «Lo que más me sorprendió de Laura fue su llamada. Me llamó por teléfono para conocerme, para preguntarme sobre mis gustos, sobre la boda, etc. Estuvimos hablando alrededor de 30 minutos y la verdad que me sentí súper a gusto. Sentí mucha complicidad y sentí que me comprendió enseguida. Esa llamada fue bastante decisiva ya que no recibí ninguna otra de esta manera», cuenta la novia.
«También me gustó mucho que desde el primer día Laura siempre estaba ahí, en todas las citas de creación, en todas las pruebas. Hasta con ese embarazo tan cerquita de su fin. La cercanía, la naturalidad y la autenticidad fueron claves», puntualiza Cristina.


Cristina, una novia inolvidable
Además de la experiencia inolvidable que Cristina vivió en nuestro atelier, destaca el tejido de su vestido. Fue amor a primera vista y marcó finalmente el boceto de todo el diseño. «Nunca pensé que mi vestido iba a ser así, pero no puedo estar más feliz cada vez que veo las fotos y cada vez que mis personas más cercanas me dicen lo mucho que el vestido reflejaba como yo era. Aunque nos costó afinarlo hasta casi el último día, Laura y su equipo no dejó de trasladarme confianza y seguridad para que yo estuviera tranquila. Finalmente fue increíble y os lo agradeceré siempre», explica Cristina.
Para finalizar, Cristina nos comparte estas bonitas palabras que vamos a grabar a fuego en nuestro corazón: «Nunca pierdas esa cercanía con las novias, nunca dejes de estar, porque cuando la persona que da nombre a la marca desaparece, creo que se pierde la esencia».
Créditos:
Fotografía/ Video: Laura Enim
Wedding Planner: Celia de Yo soy la Sal
Peluquería: Amparo Carratalá